Principios de Octubre del año 2009, una fría mañana de Domingo en la preciosa ciudad de Salamanca. Costó levantarse de la cama, pero las ganas de ir al mercadillo semanal eran mas fuertes que la vagancia de quedarse en la cama. Vueltas y mas vueltas por los inmensos pasillos del mercadillo, risas y mas risas, vendedores gritando a la gente para captar su atención....
Pero en el puesto mas solitario de todos, colgado de una percha estaba junto con sus compañeros de otros colores nuestro abrigo. Ese abrigo que por ser el último decidimos comprarnos a medias y que nos salvaría de morir congeladas de frío ese invierno yendo a clase.
No sabíamos que una locura tan tonta que solo a nosotras se nos podía ocurrir llegaría tan lejos y nos uniría más de lo que ya estamos unidas.
El abrigo rojo vivió con nosotras grandes aventuras ese curso, y nos acompañó esas Navidades a nuestros exámenes.
Pero llegó el calor, y nuestro querido abrigo se lavó y guardo esperando la vuelta de las nieves salmantinas. El curso siguiente el abrigo rojo lo pasó con nosotras, como había sido siempre, y como espero que sea por muchos años :)
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